Marrakech
Algarabía de gente por doquier, comercios de todo tipo, colorido, vivo barullo, puestos de comida de los que salen aromas especiados, coches y animales que comparten las mismas vías. Todo esto, y más, es la muy turística Marrakech, postal sonora y multicolor que se alimenta de toda una panoplia de elementos, desde el rojo que tiñe las paredes de muchos de sus edificios de adobe a mujeres vestidas de vivos tejidos; viejos empujando enormes carretones; ciclomotores fabricados en los años 70 del pasado siglo (aquí los reyes del asfalto); coches Mercedes que, en otros lugares, ya estarían en un museo o en el desguace; motocarros de todo color y características…
Todos los elementos arriba descritos, y sumados los unos a los otros, hacen de Marrakech un lugar distinto en el que la vida está en la calle, la economía fluye por cauces informales y se exprimen de forma exagerada los pocos recursos (algo, en realidad, no demasiado lejano a lo que era España hasta no hace demasiado tiempo). Y es que viajar a esta ciudad es viajar al exotismo, algo que no tiene por qué quedar limitado a las bailarinas de danza del vientre. De todo ello se da cuenta nada más bajarse del avión.
A medio camino entre el desierto –cercanía ésta que está detrás del ambiente seco de la ciudad- y las montañas del Atlas, con sus cumbres nevadas una media de ocho meses al año –y de donde viene el agua con la que se riegan los muchos jardines de la ciudad- las casas, como quedó dicho líneas más arriba, presentan un color ocre que, en la vecindad de lugares públicos próximos, combinan con espacios como el jardín de la Menara, el Palmeral o el pequeño vergel de una vieja mansión, ahora abierto al público como es el caso del Jardín Majorelle, una preciosa zona verde que abraza a la que fuera residencia privada del pintor francés Jacques Majorelle. El edificio es realmente hermoso y luce así desde que, después de décadas de abandono, el modisto galo Yves Saint Laurent, comprara la finca para, después de restaurarla, abrirla para placer del público que puede visitarla.
¿Y qué decir de la Menara? Pues que es un olivar, con hechuras de parque europeo, en cuyo centro hay un estanque al que surten aguas del Atlas aquí llegadas a través de canalizaciones con siglos de antigüedad. Un consejo: visitar este espacio al atardecer. Será un momento inolvidable como pocos, con los colores del entorno –y aun de las nieves que coronan el Atlas- adquiriendo un colorido de una intensidad simpar.
Cuando se llega aquí hay que saber que, si de verdad se quiere conocer Marrakech, lo último que hay que tener son prisas. Con una Medina que conforma un todo tan homogéneo, que podría ser plató de rodaje (no en vano, lo ha sido en diversas ocasiones), sin apenas tener que recurrir a procesos electrónicos de eliminación de elementos modernos en la película grabada. Por aquí, y también por la plaza Jemaa-el-Fna, se concentran algunos de los principales atractivos turísticos de esta ciudad, incluida la mezquita Koutoubia, principal lugar de oración musulmán en la ciudad que, pese a estar cerrada a los no musulmanes, se muestra atractiva y sugerente, incluso desde el exterior.
Qué ver o hacer en Marrakech y alrededores
Imade,
Marrakech (Marrakech)
Sitios increíbles, mientras máas te adentras en la medina mas te gusta lo que ves lo que vives , la
Hay muchos sitios para visitar todos muy bonitos , yo me quedo con la Madrasa beni Yousf y Los jardines Majourelle ( en los jardines aconsejo comprar las entradas por internet con el día y la hora para evitar estar esperando a comprar un ticket ya que suele estar muy lleno). No aconsejo comer o cenar en la plaza Jamma al fenna ya que no es buena calidad y caro es mejor por los alrededores, aunque si podéis probar una vez por vivir la experiencia en la plaza. Si compráis algo hay que regatear siempre es algo de la cultura y siempre tienden a subir el precio, además aconsejo que preguntéis en varios sitios antes de comprar.
Desiree,
Marrakech (Marrakech)
Medina
Todo Marrakech es una experiencia, pero sin duda su medina llena de vida, y su gente son los que lo hacen especial. Recomendado comer en alguna terraza de la plaza principal.
Alejandro,
Marrakech (Marrakech)
Para los europeos, una cultura muy diferente
Aparte de los museos, palacios y demás monumentos, Marrakech es un inmenso bazar en el que se compra de todo y el precio se fija regateando
Rubén,
Marrakech (Marrakech)
Caos organizado
La ciudad milenaria. Un caos organizado de Ciudad. Múltiples posibilidades a cualquier tipo de bolsillo. Un mercado y teatro continuo. Buena gastronomía Cuidado con los vehículos (motos y coches) está masificada, excepto en la zona de los zocos. Buen tiempo
Marisa,
Marrakech (Marrakech)
Medina
Buena comida por Marrakech., preciosa la plaza de las especies. La medina muy divertida Y la plaza por la noche muy típica.
Olalla,
Marrakech (Marrakech)
Una ciudad para perderte
Si tienes tiempo y ganas para perderte por sus calles, esta es una ciudad ideal. Cada calle es una zona nueva llena de detalles y lugares curiosos. El palacio de bahía está lleno de historia. En cada punto de la ciudad puedes comer es cualquier lugar porque hay miles. Tanto callejeros como restaurantes. Recuerda que para regresar en el aeropuerto solo admite el billete en papel e ir con tiempo porque pasáis por al menos 4 controles de cola. Espero que disfrutéis la ciudad porque merece la pena.
Beatriz,
Marrakech (Marrakech)
Las comidas son muy ricas y con muchas especies ,hay mucha oferta gastronomica en marrakech y con mucho encanto. Si quieres comer comida tipica con unas vistas inmejorables Zeitoum cafe kasbah,bonito ,limpio,tranquilo,a unos 10 minutos de la famosa plaza que recomiendo sin dudar.
Rodrigo,
Marrakech (Marrakech)
un muy buen lugar para pasar unos días ...seguro ,bien organizado y bien cuidado
todo muy bien. no hay huellas de temblores ni nada parecido en la ciudad. todo salió muy bien y nos sentimos muy comodos
Yoel Domingo,
Marrakech (Marrakech)
MI SEGUNDA VISITA A MARRAKECH
Marrakech es una ciudad con un encanto y atracción únicas, que enamora y siempre anonada los sentidos. Ha sido una pena el reciente terremoto que dañó esta y otros pueblos de la región. Siempre es grato visitarla y dejarse seducir con sus encantos.
Nuria Maria,
Marrakech (Marrakech)
La mágica Marrakech
Si eres capaz de dejar tu mente europea en la maleta del hotel y salir con una mente abierta y con humildad a conocer y empaparte de este maravilloso lugar, de su cultura y costumbres, te enamorarás de Marrakech. Una ciudad llena de contrastes y colores. Sitios que no perderse: Dar Essalam, Comptoir Darna, Los Jardines de Balal, Café Arab, Tad Mahal, Hammam Lailla (cerca de la plaza). Paseo por el zoco, el Hivernage y Gueliz, a parte de los monumentos. Lo mejor, alquilar una bici para ver toda la medina bien por fuera y dentro y ubicar la situación de los sitios de interés. Es una ciudad de contrastes mágica y las personas muy amables. Es segura para viajar sola aunque al principio impresione un poco. Si estás varios días visita Essaouira y las cascadas de Touzoud. Puedes encontrar las excursiones por 20€ por persona y merece la pena. También la excursiones por el desierto si tienes más días.
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